lunes, 16 de noviembre de 2009

En el puente

Bienaventurados los atascos, porque (más allá de los improperios) nos dejan tiempo para pensar a solas. Atascado en el puente, como todos los lunes a las cinco y media, he visto pasasr delante de mí, a pie, a gente de noventa y dos países diferentes. Me he acordado de una frase que leí este fin de semana sobre la ciudad de Los Ángeles: "Es la clase de sitio donde todo el mundo es de algún lugar y nadie echa realmente anclas. Gente arrastrada por sus sueños, gente huyendo de la pesadilla". Es una frase del escritor Michael Connelly en un artículo del sábado. Yo lo leí el domingo, mientras desayunaba, y me he acordado esta tarde, como si no hubiera diferencia entre Los Ángeles y este pequeño rincón del mundo en el que todos los días hay atascos en el puente.

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